La llamada a Apple fue solo la mitad de la historia: así se logró que el emoji de la paella honrara a una abuela alicantina

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El proceso detrás de los emojis

Detrás de cada emoji existe un proceso burocrático realmente largo. Tanto, que cuando se lanzan nuevos emojis, Apple tarda hasta un año en conseguir aplicarlos. De hecho, los nuevos emojis no verán la luz seguramente hasta iOS 26.4. El Consorcio Unicode se reúne para decidir qué nuevos símbolos digitales merecen existir en nuestros teclados. Es como las Naciones Unidas, pero para debatir cuál es el próximo emoji que necesita el mundo.

La experiencia de alfonso gómez-jordana

Alfonso conoce bien este sistema. Después de una década en Google trabajando en cosas como el reCAPTCHA que te obliga a identificar semáforos, en 2017 se unió a WhatsApp cuando eran apenas 100 personas. Para cuando se fue en 2021, ya eran 2.000. Ahí aprendió que conseguir que un emoji exista es solo el primer paso. El segundo es asegurarse de que represente lo que debe representar.

La lucha por una paella de verdad

La batalla por el emoji de paella comenzó mucho antes de que Alfonso pusiera un pie en WhatsApp. En 2014, durante un evento de Wikipaella (una asociación real para la preservación de la paella), a alguien se le ocurrió una idea: ¿y si conseguimos que hagan un emoji de paella?

La iniciativa funcionó. Los valencianos son especialistas en hacer ruido cuando algo les importa, y esto les importaba. Lograron ser trending topic mundial no una, sino dos veces: primero pidiendo el emoji, y después protestando porque el diseño inicial incluía mejillones, guisantes y gambas. Era, básicamente, una paella de turista.

Intervención del chef josé andrés

El chef José Andrés se involucró en la operación. Movió sus contactos en Apple para que cambiaran los ingredientes, y en 2017 lo consiguieron. La paella de Apple pasó a tener pollo, judías verdes y garrofó. Victoria total para los puristas valencianos. Ya no más gambas, guisantes ni mejillones. Pero había un problema: cada empresa diseña sus propios emojis. Apple ya lo había hecho bien, pero WhatsApp seguía con la versión incorrecta.

Un gesto para una abuela que ya no está

En 2019, Alfonso estaba revisando emojis de WhatsApp cuando se topó con su paella. Los ingredientes eran exactamente los que los valencianos habían protestado años antes: guisantes y gambas.

Pero cuando pensó en cambiarla, no lo hizo por corrección gastronómica o por quedar bien con los valencianos. Como contó después a El País, lo hizo porque se acordó de su abuela Paquita, alicantina y que según él, hacía las mejores paellas del mundo.

La receta de la abuela paquita

Consultó la web de Wikipaella para asegurarse de cumplir con los cánones oficiales, pero después añadió los ingredientes que usaba su abuela: pollo, judías verdes, pimiento rojo y un limón de adorno que en Alicante se pone más para la digestión que por el sabor. El cambio se hizo sin fanfarrias ni anuncios. Solo los observadores más atentos se darían cuenta.

Su abuela nunca llegó a usar emojis ni sabía qué eran, pero desde 2019 su receta viaja en los smartphones de medio mundo. Cada vez que alguien envía el emoji de paella en WhatsApp para Android o PC, está compartiendo un pedacito de una cocina alicantina.

La versión para Apple sigue el diseño más «protocolario», aquel del año 2017. Aunque sigue la misma lucha valenciana por la paella de verdad. En ambos hay algo especial que Alfonso consiguió colar: lo que empezó como una batalla por la dignidad gastronómica acabó siendo la historia de un nieto que quiso honrar a su abuela, y la prueba de que, a veces, los cambios más pequeños son los que más importan.