Seguimiento de pedidos renovado con apple intelligence
Uno de los frentes donde Apple tenía más tarea pendiente era el seguimiento de compras online desde Wallet. La función se estrenó hace unos años con la idea de convertir la app en un panel único donde consultar el estado de todos los pedidos, pero en la práctica apenas tuvo impacto porque dependía de que cada comercio se integrara de forma específica con Apple.
El problema era sencillo de entender: muchas tiendas y plataformas de envío preferían mantener el control de la comunicación con sus clientes a través de sus propias apps y correos, en lugar de delegar parte de esa relación en Wallet. Como resultado, la herramienta quedaba limitada a unos pocos socios y perdía sentido para el usuario medio.
Con la llegada de iOS 26 y la incorporación de Apple Intelligence, el enfoque cambia por completo. Ahora la aplicación ya no necesita que el comercio participe activamente, porque es capaz de leer, identificar y resumir la información relevante de los correos electrónicos de confirmación y seguimiento que envían tiendas y empresas de mensajería.
En la práctica, esto significa que el usuario puede ver en Wallet los detalles esenciales de prácticamente todas sus compras online sin hacer nada extra: productos, fechas estimadas de entrega, número de seguimiento o cambios de estado del envío, siempre que esa información esté presente en los correos que llegan a su buzón.
Otra ventaja importante es que el sistema permite recibir notificaciones automáticas cuando hay novedades en un pedido: por ejemplo, cuando se envía el paquete, cuando se retrasa o cuando se confirma la entrega. Todo se gestiona desde Wallet, aprovechando la capa de inteligencia artificial que filtra y organiza los datos que llegan por email.
Para consultar el historial, basta con tocar el icono de tres puntos en la esquina superior derecha de la app y acceder a la sección de pedidos. Desde ahí se pueden revisar compras antiguas, comprobar envíos en curso y ajustar las alertas para no perder de vista las entregas más importantes, algo especialmente útil para quienes compran con frecuencia o realizan pedidos de cierto valor.
Este cambio tiene implicaciones interesantes para usuarios en España y Europa: aunque la función se base en datos procedentes del correo electrónico, el sistema es teóricamente compatible con cualquier tienda online que envíe correos de confirmación estándar, ya sea un gran marketplace internacional o una pequeña tienda local. A medida que Apple refine los modelos para distintos idiomas y formatos, el margen de uso en el mercado europeo puede crecer de forma notable.
Identificación digital sin depender de acuerdos estatales
El segundo gran cambio llega en el terreno más delicado de todos: la identificación digital dentro de Apple Wallet. Hasta ahora, el plan de la empresa pasaba por permitir que cada gobierno o autoridad competente subiera licencias de conducir e identificaciones oficiales a la app, pero la realidad es que el despliegue ha sido muy lento.
En Estados Unidos, después de varios años, solo una docena de estados y Puerto Rico han dado el paso de permitir la incorporación de carnés de conducir e IDs estatales a Wallet. Es una cifra modesta si se compara con el objetivo inicial de convertir la app en un punto de referencia para la documentación oficial, y refleja las distintas velocidades normativas y técnicas entre administraciones.
Para no seguir atado exclusivamente a esos acuerdos, Apple mueve ficha con iOS 26.1 y una nueva modalidad de ID digital que no pretende sustituir a los documentos oficiales, pero sí ofrecer una herramienta de verificación de identidad útil en contextos cotidianos. Es una credencial propia, alojada en Wallet, con un formato pensado para mostrar solo los datos necesarios en cada caso.
Esta identificación digital no tiene, al menos por ahora, el mismo valor legal que un documento emitido por un gobierno, por lo que no sirve, por ejemplo, para sustituir el permiso de conducir físico o el DNI a efectos administrativos. Sin embargo, sí permite verificar quién es el usuario en entornos donde, hasta ahora, solo se podían usar documentos físicos o procesos de verificación menos eficientes.
Un ejemplo claro está en los controles de seguridad de la TSA en Estados Unidos: la nueva ID se puede presentar en más de 250 aeropuertos para vuelos nacionales como método de verificación de identidad, simplificando el paso por el filtro y reduciendo el intercambio de documentación física. La implementación se está extendiendo progresivamente a más puntos de control.
Además, esta credencial se está empezando a aceptar en empresas y servicios que necesitan comprobar edad o identidad, tanto en persona como en aplicaciones y páginas web. Plataformas de reparto como Uber Eats ya permiten, por ejemplo, confirmar la mayoría de edad para compras de alcohol usando la ID digital alojada en Wallet, algo que encaja con un consumo cada vez más digitalizado.
Para el usuario europeo, y especialmente en España, esta experiencia sirve como adelanto de cómo podría integrarse una identidad digital de uso cotidiano en el teléfono: acceso a servicios, verificación de edad para contenidos sensibles, controles en aeropuertos o incluso trámites con la administración, siempre dentro de un marco legal que deberá adaptarse en cada país.
En el contexto de la Unión Europea, donde ya se trabaja en identidades digitales comunitarias y carteras electrónicas oficiales, el movimiento de Apple puede acelerar conversaciones y presionar para que haya estándares interoperables. Si bien la compañía propone su propio sistema, la demanda de soluciones cómodas por parte de los usuarios podría empujar a que ambas vías (pública y privada) encuentren fórmulas de convivencia.
Apple interpreta así el papel de Wallet como algo más que un contenedor de tarjetas bancarias o billetes digitales: quiere convertirlo en una plataforma central de confianza donde confluyan métodos de pago, billetes de transporte, entradas, tarjetas de fidelización y, cada vez más, credenciales de identidad y verificación personal.
Mirando a medio plazo, la combinación de un seguimiento de pedidos realmente automático y una identificación digital más flexible puede hacer que Apple Wallet sea una herramienta más presente en el día a día. Si las autoridades europeas y los sectores privado y público logran coordinarse, no sería extraño que en los próximos años veamos integraciones similares en aeropuertos y servicios en España y el resto de Europa, con el móvil como pieza clave para gestionar documentación y compras.
Todo este avance sitúa a Apple en una posición influyente a la hora de definir cómo se usarán las identidades digitales y cómo se organiza la información de consumo, pero también abre debates sobre privacidad, estándares abiertos y equilibrio entre soluciones públicas y privadas. Lo que sí parece claro es que con las mejoras de iOS 26, Apple Wallet da un paso importante hacia esa visión de cartera digital completa, en la que se cruzan pagos, envíos e identificación de una forma cada vez más integrada y menos dependiente del papel.
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Dic 28 2025
Apple Wallet da un salto con el seguimiento inteligente de pedidos y la nueva identificación digital en iOS 26
Seguimiento de pedidos renovado con apple intelligence
Uno de los frentes donde Apple tenía más tarea pendiente era el seguimiento de compras online desde Wallet. La función se estrenó hace unos años con la idea de convertir la app en un panel único donde consultar el estado de todos los pedidos, pero en la práctica apenas tuvo impacto porque dependía de que cada comercio se integrara de forma específica con Apple.
El problema era sencillo de entender: muchas tiendas y plataformas de envío preferían mantener el control de la comunicación con sus clientes a través de sus propias apps y correos, en lugar de delegar parte de esa relación en Wallet. Como resultado, la herramienta quedaba limitada a unos pocos socios y perdía sentido para el usuario medio.
Con la llegada de iOS 26 y la incorporación de Apple Intelligence, el enfoque cambia por completo. Ahora la aplicación ya no necesita que el comercio participe activamente, porque es capaz de leer, identificar y resumir la información relevante de los correos electrónicos de confirmación y seguimiento que envían tiendas y empresas de mensajería.
En la práctica, esto significa que el usuario puede ver en Wallet los detalles esenciales de prácticamente todas sus compras online sin hacer nada extra: productos, fechas estimadas de entrega, número de seguimiento o cambios de estado del envío, siempre que esa información esté presente en los correos que llegan a su buzón.
Otra ventaja importante es que el sistema permite recibir notificaciones automáticas cuando hay novedades en un pedido: por ejemplo, cuando se envía el paquete, cuando se retrasa o cuando se confirma la entrega. Todo se gestiona desde Wallet, aprovechando la capa de inteligencia artificial que filtra y organiza los datos que llegan por email.
Para consultar el historial, basta con tocar el icono de tres puntos en la esquina superior derecha de la app y acceder a la sección de pedidos. Desde ahí se pueden revisar compras antiguas, comprobar envíos en curso y ajustar las alertas para no perder de vista las entregas más importantes, algo especialmente útil para quienes compran con frecuencia o realizan pedidos de cierto valor.
Este cambio tiene implicaciones interesantes para usuarios en España y Europa: aunque la función se base en datos procedentes del correo electrónico, el sistema es teóricamente compatible con cualquier tienda online que envíe correos de confirmación estándar, ya sea un gran marketplace internacional o una pequeña tienda local. A medida que Apple refine los modelos para distintos idiomas y formatos, el margen de uso en el mercado europeo puede crecer de forma notable.
Identificación digital sin depender de acuerdos estatales
El segundo gran cambio llega en el terreno más delicado de todos: la identificación digital dentro de Apple Wallet. Hasta ahora, el plan de la empresa pasaba por permitir que cada gobierno o autoridad competente subiera licencias de conducir e identificaciones oficiales a la app, pero la realidad es que el despliegue ha sido muy lento.
En Estados Unidos, después de varios años, solo una docena de estados y Puerto Rico han dado el paso de permitir la incorporación de carnés de conducir e IDs estatales a Wallet. Es una cifra modesta si se compara con el objetivo inicial de convertir la app en un punto de referencia para la documentación oficial, y refleja las distintas velocidades normativas y técnicas entre administraciones.
Para no seguir atado exclusivamente a esos acuerdos, Apple mueve ficha con iOS 26.1 y una nueva modalidad de ID digital que no pretende sustituir a los documentos oficiales, pero sí ofrecer una herramienta de verificación de identidad útil en contextos cotidianos. Es una credencial propia, alojada en Wallet, con un formato pensado para mostrar solo los datos necesarios en cada caso.
Esta identificación digital no tiene, al menos por ahora, el mismo valor legal que un documento emitido por un gobierno, por lo que no sirve, por ejemplo, para sustituir el permiso de conducir físico o el DNI a efectos administrativos. Sin embargo, sí permite verificar quién es el usuario en entornos donde, hasta ahora, solo se podían usar documentos físicos o procesos de verificación menos eficientes.
Un ejemplo claro está en los controles de seguridad de la TSA en Estados Unidos: la nueva ID se puede presentar en más de 250 aeropuertos para vuelos nacionales como método de verificación de identidad, simplificando el paso por el filtro y reduciendo el intercambio de documentación física. La implementación se está extendiendo progresivamente a más puntos de control.
Además, esta credencial se está empezando a aceptar en empresas y servicios que necesitan comprobar edad o identidad, tanto en persona como en aplicaciones y páginas web. Plataformas de reparto como Uber Eats ya permiten, por ejemplo, confirmar la mayoría de edad para compras de alcohol usando la ID digital alojada en Wallet, algo que encaja con un consumo cada vez más digitalizado.
Para el usuario europeo, y especialmente en España, esta experiencia sirve como adelanto de cómo podría integrarse una identidad digital de uso cotidiano en el teléfono: acceso a servicios, verificación de edad para contenidos sensibles, controles en aeropuertos o incluso trámites con la administración, siempre dentro de un marco legal que deberá adaptarse en cada país.
En el contexto de la Unión Europea, donde ya se trabaja en identidades digitales comunitarias y carteras electrónicas oficiales, el movimiento de Apple puede acelerar conversaciones y presionar para que haya estándares interoperables. Si bien la compañía propone su propio sistema, la demanda de soluciones cómodas por parte de los usuarios podría empujar a que ambas vías (pública y privada) encuentren fórmulas de convivencia.
Apple interpreta así el papel de Wallet como algo más que un contenedor de tarjetas bancarias o billetes digitales: quiere convertirlo en una plataforma central de confianza donde confluyan métodos de pago, billetes de transporte, entradas, tarjetas de fidelización y, cada vez más, credenciales de identidad y verificación personal.
Mirando a medio plazo, la combinación de un seguimiento de pedidos realmente automático y una identificación digital más flexible puede hacer que Apple Wallet sea una herramienta más presente en el día a día. Si las autoridades europeas y los sectores privado y público logran coordinarse, no sería extraño que en los próximos años veamos integraciones similares en aeropuertos y servicios en España y el resto de Europa, con el móvil como pieza clave para gestionar documentación y compras.
Todo este avance sitúa a Apple en una posición influyente a la hora de definir cómo se usarán las identidades digitales y cómo se organiza la información de consumo, pero también abre debates sobre privacidad, estándares abiertos y equilibrio entre soluciones públicas y privadas. Lo que sí parece claro es que con las mejoras de iOS 26, Apple Wallet da un paso importante hacia esa visión de cartera digital completa, en la que se cruzan pagos, envíos e identificación de una forma cada vez más integrada y menos dependiente del papel.
By Roger Casadejús Pérez • Blog 0