El primer iPhone plegable apunta a ser más pequeño de lo esperado

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Un iphone plegable tipo libro con pantalla externa muy compacta

Los rumores coinciden en que Apple trabaja en un formato tipo libro en el que la rondaría las 5,3 pulgadas. Se trataría de un panel pensado para consultas rápidas: ver notificaciones, responder mensajes cortos, controlar la música o revisar widgets, sin aspirar a reemplazar del todo la experiencia de un iPhone convencional.

En el interior, en cambio, el dispositivo desplegaría una pantalla de entre 7,7 y 7,8 pulgadas, una diagonal muy cercana a la de un iPad mini. Esta configuración permitiría usar el equipo como una pequeña tablet, con espacio suficiente para multitarea, apps en pantalla dividida y consumo de contenido más cómodo, algo especialmente interesante para vídeo, lectura o productividad ligera.

Este enfoque implica que, cuando el iPhone plegable esté cerrado, se sentirá como un teléfono más bien compacto y manejable, incluso algo más pequeño que otros plegables tipo libro del mercado europeo. Pero será al abrirlo cuando realmente ofrezca su propuesta diferencial, reforzando la idea de que el modo desplegado será el protagonista de la experiencia diaria.

Desde el punto de vista del tamaño, todo apunta a que Apple no quiere un plegable «normal» al estilo de la competencia, sino algo que combine la portabilidad de un móvil pequeño con la comodidad de una pantalla grande solo cuando se necesite. Esto puede gustar mucho a quienes prefieren teléfonos más reducidos, aunque también limitará el uso intensivo con el terminal cerrado.

Vidrio flexible ultrafino ufg para reducir la arruga

Más allá del tamaño de las pantallas, una de las claves técnicas del proyecto está en el material elegido para el panel interno. Diversas filtraciones procedentes de Asia apuntan a que Apple está probando vidrio flexible ultrafino (UFG) con el objetivo de minimizar la famosa arruga que suele marcarse en el centro de los plegables.

Según estas informaciones, la compañía estaría experimentando con paneles UFG de grosor desigual: más fino en la zona de plegado y más grueso en el resto de la superficie. Esta distribución permitiría mantener la rigidez general de la pantalla al tiempo que se facilita el doblado en la bisagra, reduciendo así deformaciones visibles y mejorando la durabilidad a largo plazo. Algunas filtraciones también mencionan esfuerzos para minimizar la famosa arruga y mejorar la recuperación del panel tras la flexión.

A diferencia de los paneles de vidrio ultrafino actuales (UTG), que tienden a deformarse más en el área de la bisagra, el UFG buscaría repartir mejor la tensión durante cada apertura y cierre. Sobre el papel, esto debería traducirse en un pliegue menos marcado y en menor fatiga del material, algo especialmente relevante si se piensa en ciclos de uso intensivo durante varios años.

Estas pruebas de materiales se están llevando a cabo mientras Apple ajusta los procesos de fabricación y los controles de fiabilidad de su primer plegable. La fase actual se sitúa en una transición entre la validación de diseño y la validación inicial de producción, un paso clave antes de escalar el producto a gran volumen.

En paralelo, varios fabricantes de pantallas en China estarían explorando soluciones similares basadas también en UFG, lo que indica que esta tecnología podría estar cerca de dar el salto comercial. No obstante, se comenta que Apple mantendría en la recámara la opción de recurrir a UTG, una tecnología más madura y probada, en caso de que el UFG no cumpla todos los requisitos de resistencia y calidad.

Bisagras de metal líquido y un diseño pensado para el modo tablet

Otro de los elementos determinantes será la bisagra. Las filtraciones mencionan que Apple planea utilizar bisagras fabricadas con metal líquido, un material conocido por su elevada resistencia mecánica y su buena capacidad de recuperación tras deformaciones repetidas.

Este tipo de bisagra, combinada con el vidrio flexible ultrafino, estaría diseñada para que el pliegue sea lo menos visible y perceptible posible durante el uso real. La idea es que al abrir el terminal la pantalla se perciba prácticamente como un panel continuo, reduciendo al mínimo las marcas en el centro, uno de los puntos más criticados en los plegables actuales.

En cuanto al formato, las fuentes apuntan a que Apple se inclinaría por una pantalla interna algo más rectangular, muy adecuada para funciones de multitarea y para aprovechar modos similares al Split View de iPadOS. Esto encajaría con el objetivo de ofrecer una experiencia cercana a la de un iPad mini ultra-portátil cuando el dispositivo está totalmente desplegado.

Esta apuesta tiene implicaciones claras en el día a día: el usuario que lo abra tendrá una superficie amplia para trabajar con varias aplicaciones, leer documentos o ver vídeo en streaming, mientras que, cerrado, seguirá siendo un móvil relativamente estrecho y fácil de manejar con una mano. Eso sí, quien quiera navegar de forma cómoda o redactar textos largos sin abrir el dispositivo podría encontrar limitaciones en la pantalla externa.

Hay voces que señalan que esa podría quedarse corta para un uso prolongado, algo a tener en cuenta especialmente en Europa, donde muchos usuarios están acostumbrados a teléfonos de gran tamaño que lo permiten casi todo sin necesidad de desplegar nada.

Calendario previsto, precio orientativo y encaje en el mercado europeo

En lo que respecta a los plazos, varias fuentes sitúan el lanzamiento del primer iPhone plegable en torno a 2026, coincidiendo con la familia iPhone 18 Pro. El dispositivo se encontraría ahora en una fase avanzada de desarrollo pero todavía con margen para cambios en detalles de diseño, materiales o software. Para más información sobre el calendario y proveedores, puedes consultar análisis sobre el tema.

En términos de precio, las filtraciones coinciden en una horquilla que iría aproximadamente de 2.000 a 2.500 dólares, lo que en Europa podría traducirse en cifras muy similares en euros tras impuestos y tasas locales. De confirmarse, estaríamos hablando del iPhone más caro de la gama, situado claramente por encima de los modelos Pro Max actuales. Las últimas filtraciones sobre tarifas apuntan a una horquilla en torno a los 2.000-2.500 dólares.

Este posicionamiento lo coloca como un producto dirigido a usuarios muy entusiastas o profesionales que valoren especialmente la combinación de móvil y tablet en un solo dispositivo. En mercados como España o el resto de Europa, donde el precio es un factor clave para la adopción masiva, es previsible que el plegable quede, al menos en su primera generación, como un modelo de nicho.

Conviene recordar que Apple ha decidido ir con calma en este segmento. Mientras otros fabricantes llevan varios años lanzando plegables con distintos formatos, la compañía ha esperado a que la tecnología de pantallas flexibles esté más madura en resistencia, calidad de imagen y durabilidad. La arruga central, los problemas de desgaste y las reparaciones caras han sido puntos polémicos en los primeros modelos de la competencia, algo que Apple querría minimizar antes de entrar de lleno en esta categoría.

Si finalmente se confirman estas especificaciones, el iPhone plegable de Apple llegaría al mercado europeo como una propuesta distinta: pensado para trabajar y consumir contenido con comodidad, asumiendo que el verdadero valor del dispositivo aparece cuando se despliega.

El futuro iPhone plegable se perfila como un dispositivo que prioriza el uso en abierto, con una gran pantalla interna cercana a la de un iPad mini y una cubierta externa más reducida de lo habitual, apoyado en tecnologías como el vidrio flexible ultrafino UFG y las bisagras de metal líquido para minimizar la arruga; si el precio se sitúa finalmente entre los 2.000 y los 2.500 euros en Europa, estará claramente orientado a un público que busca algo muy específico y está dispuesto a pagar por una propuesta diferente a la de los plegables actuales.