Qué vas a encontrar en esta guía
Antes de meternos en harina, viene bien saber qué cubre esta guía y para quién está pensada. Aquí nos centramos en usuarios de Mac que empiezan desde cero con Linux, sin asumir conocimientos previos y comentando cada decisión importante.
A lo largo del texto vas a encontrar una explicación sin prisas de todo el proceso: desde liberar espacio en el disco de tu Mac hasta el primer arranque de Fedora, tanto con el método clásico para Macs con Intel como con el sistema automatizado que ofrece el proyecto Asahi Linux para los Apple Silicon.
Además de la instalación básica, también veremos cómo arreglar los fallos más habituales que suelen aparecer al principio: Wifi que no funciona, codecs de audio y vídeo que faltan, cámara integrada que no se detecta o gestión del teclado y el trackpad para que no eches de menos atajos típicos de macOS.
Por último, dedicamos un buen tramo a explicar qué es exactamente Asahi Linux y por qué se apoya en Fedora para funcionar de forma nativa en los chips M1/M2/M3, qué cosas van finas y qué limitaciones siguen existiendo hoy en día, para que sepas si te compensa usarlo o si prefieres quedarte solo con macOS.
Lo que necesitas antes de empezar
Lo primero y más importante: aunque el proceso sea bastante seguro, siempre hay riesgo cuando tocas particiones de disco. Por eso, lo mínimo imprescindible es tener un respaldo completo de tu Mac. Puedes usar Time Machine, clonar el disco con otra herramienta o el método que prefieras; la idea es que, si algo sale mal, tengas cómo volver a dejarlo todo como estaba.
El segundo requisito es disponer de una memoria USB de tamaño decente (8 GB o más) y que esté en buen estado. La usaremos para crear el llamado “USB booteable” o “live USB” de Fedora, que es una especie de mini sistema operativo que arranca directamente desde el pendrive sin tocar tu disco duro hasta que tú lo indiques.
También te hará falta una forma de conectarte a Internet en Fedora antes de tener los drivers Wifi, sobre todo si usas una MacBook Air u otros modelos con tarjeta inalámbrica Broadcom. Puedes tirar de cable Ethernet (con adaptador si tu Mac no tiene puerto) o, si no tienes, usar tu móvil como punto de acceso por USB, conectándolo al ordenador y compartiendo la conexión.
En cuanto a la distribución, puedes descargar la versión estándar de Fedora Workstation, que es la más parecida a un sistema de escritorio clásico y suele ser la recomendada para empezar. Si más adelante te apetece, podrás cambiar de entorno gráfico sin necesidad de reinstalar todo.
Y, aunque suene a tópico, te vendrá bien una buena dosis de paciencia y tolerancia a la frustración. La mayor parte del proceso es sencillo, pero pueden aparecer pequeños imprevistos (controladores que no cargan, opciones que no encuentras, etc.). La idea de este tutorial es precisamente ahorrarte los más habituales.
Crear espacio en el disco de tu mac para fedora (mac intel)
Si tienes un Mac con procesador Intel y quieres mantener macOS junto con Fedora en arranque dual, lo primero es reservar una parte del disco para Linux. No vamos a borrar tu macOS ni a usar sistemas de arranque raros tipo reFInd en esta fase; nos basta con crear una nueva partición desde las herramientas nativas de Apple.
Para ello, abre la aplicación Utilidad de Discos en macOS. Selecciona tu disco principal (no solo el volumen “Macintosh HD”, sino la unidad física completa) y pulsa en la opción de particionar. macOS te sugerirá crear un volumen en lugar de una partición, pero en este caso no nos sirve, porque Fedora necesita un sistema de archivos distinto e independiente.
Cuando te aparezca el esquema en forma de gráfica circular, pulsa en el botón con el símbolo “+” para añadir una nueva partición. Ajusta su tamaño según el espacio libre que tengas y lo que pienses destinar a Linux. En algunos equipos antiguos puede que el sistema no te deje pasar de cierta cantidad (por ejemplo, 100 GB). En general, para Fedora de uso normal, con unos 80-100 GB vas sobrado.
Muy importante: elige como formato para esa partición un sistema de archivos del tipo FAT o FAT32. Fedora se encargará luego de formatearla a su gusto durante la instalación, pero necesita que exista como bloque separado y reconocible. Si te equivocas al crearla, puedes borrarla ahí mismo y volver a intentarlo sin tocar la parte de macOS.
En este tutorial nos ceñimos a la opción de instalar Fedora en una partición adicional usando las herramientas estándar de macOS. Existen otros caminos más avanzados, como reestructurar todo el disco a mano o eliminar macOS para repartir el espacio entre varios sistemas desde cero, pero son procedimientos más delicados y no los vamos a cubrir aquí.
Crear la usb booteable de fedora en macos
Con la partición lista, toca preparar la memoria USB que usaremos para arrancar Fedora. Por suerte, el propio proyecto Fedora ofrece una aplicación súper sencilla llamada Fedora Media Writer que hace casi todo por ti desde macOS.
Entra en la web oficial de Fedora Workstation (sección de descargas) y descarga Fedora Media Writer para macOS. Obtendrás un archivo .dmg como cualquier otra app para Mac. Ábrelo, arrastra la aplicación si quieres al directorio de Aplicaciones o ejecútala directamente desde la imagen montada.
Conecta tu memoria USB y, en Fedora Media Writer, selecciona la edición de Fedora que quieras instalar (por ejemplo, Fedora Workstation con GNOME) y luego el dispositivo USB que has enchufado. La herramienta se encargará de descargar la imagen de Fedora y grabarla en el pendrive dejándolo listo para arrancar.
Al terminar, tendrás una USB booteable de Fedora. Esta unidad es útil incluso si solo quieres probar el sistema sin instalarlo todavía, porque permite ejecutar Fedora en modo “Live” desde la memoria, toquetear el escritorio, ver si te convence y, más adelante, decidir si realmente das el paso de instalarlo en el disco.
Arrancar tu mac intel desde la usb de fedora
Cuando la USB esté preparada, apaga completamente el Mac. Después, enciéndelo manteniendo pulsada la tecla ALT (Option) desde el principio. En lugar de ver directamente la manzana de Apple, debería aparecer una pantalla con los discos y dispositivos desde los que puedes arrancar.
En ese menú de arranque, verás tu volumen de macOS y, además, la memoria USB con Fedora. Selecciona la USB con las teclas de flecha o el trackpad y confirma para que el Mac se inicie desde ahí. Si no aparece el menú, es posible que no hayas pulsado ALT lo bastante pronto; no pasa nada, apaga de nuevo y repite el proceso.
Arrancar en modo “Live” te mostrará el escritorio de Fedora sin tocar tu disco; por ahora no se ha instalado nada en tu disco; solo estás utilizando el sistema operativo directamente desde la USB, lo que te permite probar cosas sin riesgo.
Es probable que, al mirar el área de red, veas que no hay Wifi disponible porque todavía no están cargados los drivers de tu tarjeta inalámbrica. En este punto es cuando tendrás que usar el cable Ethernet o el móvil en modo punto de acceso USB para tener conexión mientras dejas el sistema a tu gusto.
Conexión a internet provisional sin wifi
Si no tienes un adaptador de Ethernet a mano, puedes recurrir a tu teléfono. Conecta tu móvil al Mac usando el cable de datos y, en el caso de Android, al ver las opciones en pantalla elige algo como “Transferencia de archivos” o “MTP” para establecer la conexión básica.
Luego entra en los ajustes del teléfono y busca el apartado de Zona Wi-Fi / Compartir conexión / Punto de acceso. Activa la función de compartir Internet por USB. En muchos modelos se llama “Anclaje por USB” o “Conexión USB”. Al hacerlo, Fedora detectará una nueva conexión de red por cable y deberías poder navegar.
En la barra superior o en la configuración de red de Fedora verás que aparece una conexión cableada activa. A partir de ese momento podrás usar el navegador para seguir esta misma guía desde Fedora, descargar actualizaciones o instalar paquetes sin depender de la Wifi interna.
Instalar fedora en la partición creada (mac intel)
Una vez hayas trasteado un poco y veas que Fedora te convence, toca lanzar el instalador. Desde el escritorio Live encontrarás un icono para instalar Fedora en el disco duro. Al pulsarlo, se abrirá un asistente con varios pasos guiados.
En la parte del idioma y distribución de teclado, asegúrate de seleccionar el teclado Español Mac si tu portátil lleva teclado español de Apple. No es lo mismo “Español” a secas que “Español – Mac”; elegir el incorrecto puede hacer que algunas teclas comunes (como acentos, símbolos o la tecla de interrogación) no coincidan con lo que ves en el teclado físico.
El punto crucial del asistente es la sección de destino de la instalación y particionado. Por defecto, Fedora propondrá un particionado automático ocupando todo el disco, lo cual borraría macOS, algo que no queremos. Cambia esa opción a “particionado manual” o personalizado para poder usar la partición FAT/FAT32 que creaste en macOS.
Al entrar en el modo avanzado, verás la unidad física de tu Mac y, debajo, las diferentes particiones. Debería aparecer claramente tu partición de macOS y, a su lado, otra con el tamaño que reservaste para Fedora, posiblemente marcada como desconocida o FAT. No toques la de macOS; concéntrate solo en el espacio destinado a Linux.
Selecciona la partición para Fedora y deja que el instalador cree automáticamente los puntos de montaje que necesite (/, /home, etc.) dentro de ese espacio. Acepta los cambios cuando te lo pida, revisa que macOS no vaya a ser sobreescrito y continúa hasta que comience la copia real de archivos. Cuando termine, reinicia y, en el próximo arranque, podrás elegir si entras a macOS o a tu nuevo Fedora manteniendo ALT pulsado.
Primeros pasos en fedora: ajustes básicos
Con Fedora ya instalado en tu partición, el primer arranque te pedirá crear un usuario y una contraseña, al estilo de lo que hace macOS la primera vez. Una vez dentro del escritorio, conviene dedicar unos minutos a ajustar detalles de teclado, idioma y trackpad para que la experiencia sea lo más cercana posible a la que tenías en tu Mac.
En la configuración del sistema, revisa las opciones del touchpad (clic con uno o dos dedos, desplazamiento, gestos, etc.) y adapta los atajos de teclado a tus preferencias. Si vienes de macOS, es normal que eches de menos la tecla Command. Para eso puedes instalar herramientas como “GNOME Tweaks” y remapear teclas para que, por ejemplo, la tecla Super o Command se comporte de una forma más familiar.
Es buena idea también ajustar el idioma del
Dic 23 2025
Cómo instalar Fedora Linux paso a paso en tu Mac
Qué vas a encontrar en esta guía
Antes de meternos en harina, viene bien saber qué cubre esta guía y para quién está pensada. Aquí nos centramos en usuarios de Mac que empiezan desde cero con Linux, sin asumir conocimientos previos y comentando cada decisión importante.
A lo largo del texto vas a encontrar una explicación sin prisas de todo el proceso: desde liberar espacio en el disco de tu Mac hasta el primer arranque de Fedora, tanto con el método clásico para Macs con Intel como con el sistema automatizado que ofrece el proyecto Asahi Linux para los Apple Silicon.
Además de la instalación básica, también veremos cómo arreglar los fallos más habituales que suelen aparecer al principio: Wifi que no funciona, codecs de audio y vídeo que faltan, cámara integrada que no se detecta o gestión del teclado y el trackpad para que no eches de menos atajos típicos de macOS.
Por último, dedicamos un buen tramo a explicar qué es exactamente Asahi Linux y por qué se apoya en Fedora para funcionar de forma nativa en los chips M1/M2/M3, qué cosas van finas y qué limitaciones siguen existiendo hoy en día, para que sepas si te compensa usarlo o si prefieres quedarte solo con macOS.
Lo que necesitas antes de empezar
Lo primero y más importante: aunque el proceso sea bastante seguro, siempre hay riesgo cuando tocas particiones de disco. Por eso, lo mínimo imprescindible es tener un respaldo completo de tu Mac. Puedes usar Time Machine, clonar el disco con otra herramienta o el método que prefieras; la idea es que, si algo sale mal, tengas cómo volver a dejarlo todo como estaba.
El segundo requisito es disponer de una memoria USB de tamaño decente (8 GB o más) y que esté en buen estado. La usaremos para crear el llamado “USB booteable” o “live USB” de Fedora, que es una especie de mini sistema operativo que arranca directamente desde el pendrive sin tocar tu disco duro hasta que tú lo indiques.
También te hará falta una forma de conectarte a Internet en Fedora antes de tener los drivers Wifi, sobre todo si usas una MacBook Air u otros modelos con tarjeta inalámbrica Broadcom. Puedes tirar de cable Ethernet (con adaptador si tu Mac no tiene puerto) o, si no tienes, usar tu móvil como punto de acceso por USB, conectándolo al ordenador y compartiendo la conexión.
En cuanto a la distribución, puedes descargar la versión estándar de Fedora Workstation, que es la más parecida a un sistema de escritorio clásico y suele ser la recomendada para empezar. Si más adelante te apetece, podrás cambiar de entorno gráfico sin necesidad de reinstalar todo.
Y, aunque suene a tópico, te vendrá bien una buena dosis de paciencia y tolerancia a la frustración. La mayor parte del proceso es sencillo, pero pueden aparecer pequeños imprevistos (controladores que no cargan, opciones que no encuentras, etc.). La idea de este tutorial es precisamente ahorrarte los más habituales.
Crear espacio en el disco de tu mac para fedora (mac intel)
Si tienes un Mac con procesador Intel y quieres mantener macOS junto con Fedora en arranque dual, lo primero es reservar una parte del disco para Linux. No vamos a borrar tu macOS ni a usar sistemas de arranque raros tipo reFInd en esta fase; nos basta con crear una nueva partición desde las herramientas nativas de Apple.
Para ello, abre la aplicación Utilidad de Discos en macOS. Selecciona tu disco principal (no solo el volumen “Macintosh HD”, sino la unidad física completa) y pulsa en la opción de particionar. macOS te sugerirá crear un volumen en lugar de una partición, pero en este caso no nos sirve, porque Fedora necesita un sistema de archivos distinto e independiente.
Cuando te aparezca el esquema en forma de gráfica circular, pulsa en el botón con el símbolo “+” para añadir una nueva partición. Ajusta su tamaño según el espacio libre que tengas y lo que pienses destinar a Linux. En algunos equipos antiguos puede que el sistema no te deje pasar de cierta cantidad (por ejemplo, 100 GB). En general, para Fedora de uso normal, con unos 80-100 GB vas sobrado.
Muy importante: elige como formato para esa partición un sistema de archivos del tipo FAT o FAT32. Fedora se encargará luego de formatearla a su gusto durante la instalación, pero necesita que exista como bloque separado y reconocible. Si te equivocas al crearla, puedes borrarla ahí mismo y volver a intentarlo sin tocar la parte de macOS.
En este tutorial nos ceñimos a la opción de instalar Fedora en una partición adicional usando las herramientas estándar de macOS. Existen otros caminos más avanzados, como reestructurar todo el disco a mano o eliminar macOS para repartir el espacio entre varios sistemas desde cero, pero son procedimientos más delicados y no los vamos a cubrir aquí.
Crear la usb booteable de fedora en macos
Con la partición lista, toca preparar la memoria USB que usaremos para arrancar Fedora. Por suerte, el propio proyecto Fedora ofrece una aplicación súper sencilla llamada Fedora Media Writer que hace casi todo por ti desde macOS.
Entra en la web oficial de Fedora Workstation (sección de descargas) y descarga Fedora Media Writer para macOS. Obtendrás un archivo .dmg como cualquier otra app para Mac. Ábrelo, arrastra la aplicación si quieres al directorio de Aplicaciones o ejecútala directamente desde la imagen montada.
Conecta tu memoria USB y, en Fedora Media Writer, selecciona la edición de Fedora que quieras instalar (por ejemplo, Fedora Workstation con GNOME) y luego el dispositivo USB que has enchufado. La herramienta se encargará de descargar la imagen de Fedora y grabarla en el pendrive dejándolo listo para arrancar.
Al terminar, tendrás una USB booteable de Fedora. Esta unidad es útil incluso si solo quieres probar el sistema sin instalarlo todavía, porque permite ejecutar Fedora en modo “Live” desde la memoria, toquetear el escritorio, ver si te convence y, más adelante, decidir si realmente das el paso de instalarlo en el disco.
Arrancar tu mac intel desde la usb de fedora
Cuando la USB esté preparada, apaga completamente el Mac. Después, enciéndelo manteniendo pulsada la tecla ALT (Option) desde el principio. En lugar de ver directamente la manzana de Apple, debería aparecer una pantalla con los discos y dispositivos desde los que puedes arrancar.
En ese menú de arranque, verás tu volumen de macOS y, además, la memoria USB con Fedora. Selecciona la USB con las teclas de flecha o el trackpad y confirma para que el Mac se inicie desde ahí. Si no aparece el menú, es posible que no hayas pulsado ALT lo bastante pronto; no pasa nada, apaga de nuevo y repite el proceso.
Arrancar en modo “Live” te mostrará el escritorio de Fedora sin tocar tu disco; por ahora no se ha instalado nada en tu disco; solo estás utilizando el sistema operativo directamente desde la USB, lo que te permite probar cosas sin riesgo.
Es probable que, al mirar el área de red, veas que no hay Wifi disponible porque todavía no están cargados los drivers de tu tarjeta inalámbrica. En este punto es cuando tendrás que usar el cable Ethernet o el móvil en modo punto de acceso USB para tener conexión mientras dejas el sistema a tu gusto.
Conexión a internet provisional sin wifi
Si no tienes un adaptador de Ethernet a mano, puedes recurrir a tu teléfono. Conecta tu móvil al Mac usando el cable de datos y, en el caso de Android, al ver las opciones en pantalla elige algo como “Transferencia de archivos” o “MTP” para establecer la conexión básica.
Luego entra en los ajustes del teléfono y busca el apartado de Zona Wi-Fi / Compartir conexión / Punto de acceso. Activa la función de compartir Internet por USB. En muchos modelos se llama “Anclaje por USB” o “Conexión USB”. Al hacerlo, Fedora detectará una nueva conexión de red por cable y deberías poder navegar.
En la barra superior o en la configuración de red de Fedora verás que aparece una conexión cableada activa. A partir de ese momento podrás usar el navegador para seguir esta misma guía desde Fedora, descargar actualizaciones o instalar paquetes sin depender de la Wifi interna.
Instalar fedora en la partición creada (mac intel)
Una vez hayas trasteado un poco y veas que Fedora te convence, toca lanzar el instalador. Desde el escritorio Live encontrarás un icono para instalar Fedora en el disco duro. Al pulsarlo, se abrirá un asistente con varios pasos guiados.
En la parte del idioma y distribución de teclado, asegúrate de seleccionar el teclado Español Mac si tu portátil lleva teclado español de Apple. No es lo mismo “Español” a secas que “Español – Mac”; elegir el incorrecto puede hacer que algunas teclas comunes (como acentos, símbolos o la tecla de interrogación) no coincidan con lo que ves en el teclado físico.
El punto crucial del asistente es la sección de destino de la instalación y particionado. Por defecto, Fedora propondrá un particionado automático ocupando todo el disco, lo cual borraría macOS, algo que no queremos. Cambia esa opción a “particionado manual” o personalizado para poder usar la partición FAT/FAT32 que creaste en macOS.
Al entrar en el modo avanzado, verás la unidad física de tu Mac y, debajo, las diferentes particiones. Debería aparecer claramente tu partición de macOS y, a su lado, otra con el tamaño que reservaste para Fedora, posiblemente marcada como desconocida o FAT. No toques la de macOS; concéntrate solo en el espacio destinado a Linux.
Selecciona la partición para Fedora y deja que el instalador cree automáticamente los puntos de montaje que necesite (/, /home, etc.) dentro de ese espacio. Acepta los cambios cuando te lo pida, revisa que macOS no vaya a ser sobreescrito y continúa hasta que comience la copia real de archivos. Cuando termine, reinicia y, en el próximo arranque, podrás elegir si entras a macOS o a tu nuevo Fedora manteniendo ALT pulsado.
Primeros pasos en fedora: ajustes básicos
Con Fedora ya instalado en tu partición, el primer arranque te pedirá crear un usuario y una contraseña, al estilo de lo que hace macOS la primera vez. Una vez dentro del escritorio, conviene dedicar unos minutos a ajustar detalles de teclado, idioma y trackpad para que la experiencia sea lo más cercana posible a la que tenías en tu Mac.
En la configuración del sistema, revisa las opciones del touchpad (clic con uno o dos dedos, desplazamiento, gestos, etc.) y adapta los atajos de teclado a tus preferencias. Si vienes de macOS, es normal que eches de menos la tecla Command. Para eso puedes instalar herramientas como “GNOME Tweaks” y remapear teclas para que, por ejemplo, la tecla Super o Command se comporte de una forma más familiar.
Es buena idea también ajustar el idioma del
By Roger Casadejús Pérez • Blog 0