Un imac pro en pruebas con identificador j833c y plataforma h17c
La pista más consistente procede de archivos internos utilizados por ingenieros de Apple para depurar el kernel. En ese código se ha localizado la referencia a un iMac con nombre en clave J833c, asociado a una plataforma designada como H17C. Fuentes especializadas vinculan ese identificador técnico con la tercera iteración de la familia M5, que se comercializaría bajo la denominación Apple M5 Max.
El hecho de que este hardware aparezca ya en el software de pruebas sugiere que el supuesto iMac Pro con M5 Max no es solo un experimento sobre el papel, sino un equipo que estaría siendo utilizado internamente para validar componentes y rendimiento. Es el mismo tipo de filtración que en el pasado ha destapado con meses de antelación modelos de iPhone, iPad o Mac antes de que se anunciasen oficialmente.
Hasta ahora, los rumores sobre un sobremesa todo en uno verdaderamente profesional eran escasos. Con el iMac actual limitado a una pantalla de 24 pulgadas y chip M4, el foco de Apple se había desplazado hacia el Mac Studio, el Mac Pro y los portátiles MacBook Pro para cubrir las necesidades más exigentes. La aparición de J833c reabre la puerta a que el escritorio integrado vuelva a ocupar un lugar destacado entre los profesionales, también en mercados como España y el resto de Europa donde el iMac fue durante años casi omnipresente en agencias y estudios.
En paralelo, documentos internos sobre la hoja de ruta de la gama Mac para 2026 y 2027, compartidos por medios como The Information y recogidos por publicaciones europeas, mencionan de forma genérica un iMac Pro de gran formato con chip M5 Max. Aunque estas referencias no siempre coinciden en el tamaño concreto de la pantalla, sí apuntan en la misma dirección: Apple estaría preparando un sobremesa todo en uno de gama alta basado en su silicio más potente de uso masivo.
Chip m5 max: potencia profesional para un todo en uno
Las filtraciones coinciden en que este nuevo modelo se quedaría en la variante M5 Max como tope de gama, sin dar el salto al M5 Ultra, que previsiblemente quedaría reservado para equipos como el Mac Studio o el Mac Pro. Aun así, el avance frente al iMac actual sería notable: basándose en la evolución habitual de Apple Silicon, se habla de configuraciones con hasta 16 núcleos de CPU y alrededor de 40 núcleos de GPU, diseñadas para soportar flujos de trabajo creativos muy exigentes. M5 Max como tope de gama.
Ese salto permitiría que un iMac Pro con M5 Max abordase con solvencia tareas como edición de vídeo 4K y 8K, efectos visuales, renderizado 3D, fotografía profesional o producción musical, manteniendo además un comportamiento estable bajo carga prolongada. En Europa, donde muchas pymes creativas y estudios pequeños valoran la simplicidad del todo en uno, un equipo así podría resultar especialmente atractivo para quienes no quieren lidiar con torres, cables y configuraciones complejas. Edición de vídeo y pantallas profesionales.
Otra lectura relevante es estratégica: al optar por el M5 Max como máxima configuración para el iMac Pro, Apple trazaría una línea bastante clara dentro de su catálogo. El sobremesa integrado se quedaría en la franja alta, pero no extrema, mientras el terreno de las estaciones de trabajo más potentes seguiría en manos de los sistemas modulares. Es una forma de ordenar la gama Mac de forma más nítida para el usuario profesional.
En los documentos filtrados también aparecen otros futuros Mac, como MacBook Pro de 14 y 16 pulgadas con chips M5 Pro y M5 Max, un MacBook Pro posterior con M6 y versiones M6 Pro y M6 Max, así como un MacBook Air con M5 y nuevos Mac mini y Mac Studio basados en M5, M5 Pro, M5 Max e incluso M5 Ultra. El presunto iMac Pro con M5 Max encajaría como la opción todo en uno de esa misma hornada.
Pantalla grande, mini‑led y 120 hz: la vuelta del formato profesional
Uno de los elementos que más expectación genera es la posible configuración de pantalla. Diversas fuentes señalan que, de materializarse, el nuevo iMac Pro incorporaría un panel de mayor tamaño que el modelo doméstico, con las quinielas centradas en las 27 pulgadas, e incluso con menciones puntuales a diagonales algo superiores en algunos informes.
La apuesta más repetida es que Apple reciclaría o adaptaría una pantalla Mini‑LED de 27 pulgadas con tasa de refresco de 120 Hz, muy en la línea de lo que se espera para el futuro Apple Studio Display 2. Esta combinación permitiría ofrecer un mayor brillo, mejor contraste y un rendimiento HDR más sólido, aspectos muy valorados por quienes trabajan con color crítico, posproducción de vídeo o fotografía de alto nivel.
Frente al iMac actual de 24 pulgadas, pensado sobre todo para uso doméstico y de oficina general, el salto de tamaño significaría un cambio notable en el espacio de trabajo. Para diseñadores, editores y creativos que hoy recurren a monitores externos de gran formato junto al Mac Studio o al MacBook Pro, un iMac Pro con pantalla grande integrada supondría una alternativa más sencilla, especialmente en despachos donde el orden y el ahorro de espacio son importantes.
Al mismo tiempo, la presencia de tecnología como Mini‑LED y ProMotion a 120 Hz permitiría a Apple diferenciar sin problemas este modelo frente a monitores convencionales, justificando así una posición de precio claramente más alta. No hay detalles firmes sobre resoluciones o gama de color, pero lo lógico sería esperar un panel con calibración profesional y compatibilidad con estándares habituales en el sector, algo que podría ser determinante en mercados europeos donde la regulación y los requisitos de calidad de imagen son especialmente estrictos en determinados sectores.
Aunque algunas filtraciones más ambiciosas han llegado a hablar de un posible iMac Pro de 30 pulgadas dentro de la misma hoja de ruta, esas menciones siguen siendo menos consistentes y se apoyan más en proyecciones a largo plazo que en referencias concretas de software. Por ahora, la combinación de chip M5 Max y entorno de 27 pulgadas es la que reúne un mayor grado de coincidencia entre las fuentes.
Arquitectura interna rediseñada y refrigeración más potente
Más allá de la pantalla, uno de los puntos clave de cualquier sobremesa profesional es la capacidad para mantener el rendimiento sin estrangulamientos térmicos. En este apartado, las fuentes que han tenido acceso al código y a la cadena de suministro coinciden en que un iMac Pro basado en M5 Max necesitaría una arquitectura interna completamente nueva, muy distinta a la del iMac actual orientado al gran público.
El uso de un chip de alto rendimiento con muchas más CPU y GPU que el M4 obligaría, previsiblemente, a integrar un sistema de refrigeración más robusto, con ventiladores de mayor tamaño, disipadores específicos y una organización interna del chasis pensada para expulsar rápidamente el calor, todo ello intentando mantener los niveles de ruido bajos que suelen exigirse en estudios de grabación, posproducción o entornos de diseño.
Este rediseño interno también podría afectar a otros aspectos como la distribución de puertos, el acceso a la memoria unificada o la conectividad. Aunque no hay datos detallados, resulta razonable pensar en una configuración generosa de Thunderbolt, Ethernet de alta velocidad y soporte para varias pantallas externas, algo casi obligado en un equipo que aspira a compartir mesa con configuraciones profesionales ya asentadas.
En Europa, muchos estudios pequeños y medianos se han pasado en los últimos años al Mac Studio precisamente por su equilibrio entre potencia, puertos y flexibilidad. Para que un iMac Pro con M5 Max tenga sentido como alternativa, Apple necesitaría ofrecer un paquete donde la simplicidad del todo en uno no suponga un recorte severo en opciones de conexión y ampliación.
En cualquier caso, todo apunta a que el foco de este posible modelo estaría menos en la modularidad y más en ofrecer una experiencia lista para usar, donde la combinación de hardware, pantalla y diseño funcione como un conjunto cohesionado, sin necesidad de accesorios adicionales más allá de teclado, ratón o trackpad.
Imac pro frente a mac studio: dos formas de entender el escritorio profesional
Las filtraciones conocidas hasta ahora permiten esbozar mejor el papel que jugaría un iMac Pro con chip M5 Max dentro del catálogo de Apple, en especial si lo comparamos con uno de sus referentes actuales: el Mac Studio. Mientras este último se concibe como una estación de trabajo modular sin pantalla, el iMac Pro volvería al enfoque clásico de integrar todos los componentes, monitor incluido, en un único dispositivo.
Para muchos profesionales, especialmente en oficinas pequeñas, estudios freelance o agencias que equipan puestos de trabajo en serie, un todo en uno ofrece la ventaja de reducir cables, simplificar la instalación y unificar la estética del escritorio. Es una solución que facilita la logística: enchufar, configurar y empezar a trabajar, sin tener que preocuparse por compatibilidades de monitores, soportes o sistemas de audio.
Por contra, el Mac Studio se ha consolidado como la opción favorita de quienes buscan personalizar cada elemento del puesto: elegir el monitor (o varios), el tipo de teclado, el sistema de sonido o incluso cambiar fácilmente uno de esos componentes sin tocar el resto. En entornos donde se trabaja con varias pantallas especializadas o donde ya existe infraestructura de monitores profesionales, esta flexibilidad es una ventaja evidente.
La coexistencia de ambos productos permitiría a Apple cubrir un espectro más amplio de necesidades. El iMac Pro con M5 Max se dirigiría a usuarios que priorizan la integración y una buena pantalla incorporada, mientras que el Mac Studio seguiría respondiendo a quienes prefieren un enfoque más modular o requieren la fuerza bruta adicional que podría ofrecer, en el futuro, un chip M5 Ultra o configuraciones aún más avanzadas.
En mercados como el español, donde muchas empresas de perfil creativo valoran tanto la imagen que transmite su oficina como la facilidad de mantenimiento, la posibilidad de elegir entre estas dos filosofías de sobremesa profesional podría resultar clave a la hora de renovar parques
Dic 18 2025
iMac Pro con chip M5 Max: el esperado regreso del todo en uno profesional de Apple
Un imac pro en pruebas con identificador j833c y plataforma h17c
La pista más consistente procede de archivos internos utilizados por ingenieros de Apple para depurar el kernel. En ese código se ha localizado la referencia a un iMac con nombre en clave J833c, asociado a una plataforma designada como H17C. Fuentes especializadas vinculan ese identificador técnico con la tercera iteración de la familia M5, que se comercializaría bajo la denominación Apple M5 Max.
El hecho de que este hardware aparezca ya en el software de pruebas sugiere que el supuesto iMac Pro con M5 Max no es solo un experimento sobre el papel, sino un equipo que estaría siendo utilizado internamente para validar componentes y rendimiento. Es el mismo tipo de filtración que en el pasado ha destapado con meses de antelación modelos de iPhone, iPad o Mac antes de que se anunciasen oficialmente.
Hasta ahora, los rumores sobre un sobremesa todo en uno verdaderamente profesional eran escasos. Con el iMac actual limitado a una pantalla de 24 pulgadas y chip M4, el foco de Apple se había desplazado hacia el Mac Studio, el Mac Pro y los portátiles MacBook Pro para cubrir las necesidades más exigentes. La aparición de J833c reabre la puerta a que el escritorio integrado vuelva a ocupar un lugar destacado entre los profesionales, también en mercados como España y el resto de Europa donde el iMac fue durante años casi omnipresente en agencias y estudios.
En paralelo, documentos internos sobre la hoja de ruta de la gama Mac para 2026 y 2027, compartidos por medios como The Information y recogidos por publicaciones europeas, mencionan de forma genérica un iMac Pro de gran formato con chip M5 Max. Aunque estas referencias no siempre coinciden en el tamaño concreto de la pantalla, sí apuntan en la misma dirección: Apple estaría preparando un sobremesa todo en uno de gama alta basado en su silicio más potente de uso masivo.
Chip m5 max: potencia profesional para un todo en uno
Las filtraciones coinciden en que este nuevo modelo se quedaría en la variante M5 Max como tope de gama, sin dar el salto al M5 Ultra, que previsiblemente quedaría reservado para equipos como el Mac Studio o el Mac Pro. Aun así, el avance frente al iMac actual sería notable: basándose en la evolución habitual de Apple Silicon, se habla de configuraciones con hasta 16 núcleos de CPU y alrededor de 40 núcleos de GPU, diseñadas para soportar flujos de trabajo creativos muy exigentes. M5 Max como tope de gama.
Ese salto permitiría que un iMac Pro con M5 Max abordase con solvencia tareas como edición de vídeo 4K y 8K, efectos visuales, renderizado 3D, fotografía profesional o producción musical, manteniendo además un comportamiento estable bajo carga prolongada. En Europa, donde muchas pymes creativas y estudios pequeños valoran la simplicidad del todo en uno, un equipo así podría resultar especialmente atractivo para quienes no quieren lidiar con torres, cables y configuraciones complejas. Edición de vídeo y pantallas profesionales.
Otra lectura relevante es estratégica: al optar por el M5 Max como máxima configuración para el iMac Pro, Apple trazaría una línea bastante clara dentro de su catálogo. El sobremesa integrado se quedaría en la franja alta, pero no extrema, mientras el terreno de las estaciones de trabajo más potentes seguiría en manos de los sistemas modulares. Es una forma de ordenar la gama Mac de forma más nítida para el usuario profesional.
En los documentos filtrados también aparecen otros futuros Mac, como MacBook Pro de 14 y 16 pulgadas con chips M5 Pro y M5 Max, un MacBook Pro posterior con M6 y versiones M6 Pro y M6 Max, así como un MacBook Air con M5 y nuevos Mac mini y Mac Studio basados en M5, M5 Pro, M5 Max e incluso M5 Ultra. El presunto iMac Pro con M5 Max encajaría como la opción todo en uno de esa misma hornada.
Pantalla grande, mini‑led y 120 hz: la vuelta del formato profesional
Uno de los elementos que más expectación genera es la posible configuración de pantalla. Diversas fuentes señalan que, de materializarse, el nuevo iMac Pro incorporaría un panel de mayor tamaño que el modelo doméstico, con las quinielas centradas en las 27 pulgadas, e incluso con menciones puntuales a diagonales algo superiores en algunos informes.
La apuesta más repetida es que Apple reciclaría o adaptaría una pantalla Mini‑LED de 27 pulgadas con tasa de refresco de 120 Hz, muy en la línea de lo que se espera para el futuro Apple Studio Display 2. Esta combinación permitiría ofrecer un mayor brillo, mejor contraste y un rendimiento HDR más sólido, aspectos muy valorados por quienes trabajan con color crítico, posproducción de vídeo o fotografía de alto nivel.
Frente al iMac actual de 24 pulgadas, pensado sobre todo para uso doméstico y de oficina general, el salto de tamaño significaría un cambio notable en el espacio de trabajo. Para diseñadores, editores y creativos que hoy recurren a monitores externos de gran formato junto al Mac Studio o al MacBook Pro, un iMac Pro con pantalla grande integrada supondría una alternativa más sencilla, especialmente en despachos donde el orden y el ahorro de espacio son importantes.
Al mismo tiempo, la presencia de tecnología como Mini‑LED y ProMotion a 120 Hz permitiría a Apple diferenciar sin problemas este modelo frente a monitores convencionales, justificando así una posición de precio claramente más alta. No hay detalles firmes sobre resoluciones o gama de color, pero lo lógico sería esperar un panel con calibración profesional y compatibilidad con estándares habituales en el sector, algo que podría ser determinante en mercados europeos donde la regulación y los requisitos de calidad de imagen son especialmente estrictos en determinados sectores.
Aunque algunas filtraciones más ambiciosas han llegado a hablar de un posible iMac Pro de 30 pulgadas dentro de la misma hoja de ruta, esas menciones siguen siendo menos consistentes y se apoyan más en proyecciones a largo plazo que en referencias concretas de software. Por ahora, la combinación de chip M5 Max y entorno de 27 pulgadas es la que reúne un mayor grado de coincidencia entre las fuentes.
Arquitectura interna rediseñada y refrigeración más potente
Más allá de la pantalla, uno de los puntos clave de cualquier sobremesa profesional es la capacidad para mantener el rendimiento sin estrangulamientos térmicos. En este apartado, las fuentes que han tenido acceso al código y a la cadena de suministro coinciden en que un iMac Pro basado en M5 Max necesitaría una arquitectura interna completamente nueva, muy distinta a la del iMac actual orientado al gran público.
El uso de un chip de alto rendimiento con muchas más CPU y GPU que el M4 obligaría, previsiblemente, a integrar un sistema de refrigeración más robusto, con ventiladores de mayor tamaño, disipadores específicos y una organización interna del chasis pensada para expulsar rápidamente el calor, todo ello intentando mantener los niveles de ruido bajos que suelen exigirse en estudios de grabación, posproducción o entornos de diseño.
Este rediseño interno también podría afectar a otros aspectos como la distribución de puertos, el acceso a la memoria unificada o la conectividad. Aunque no hay datos detallados, resulta razonable pensar en una configuración generosa de Thunderbolt, Ethernet de alta velocidad y soporte para varias pantallas externas, algo casi obligado en un equipo que aspira a compartir mesa con configuraciones profesionales ya asentadas.
En Europa, muchos estudios pequeños y medianos se han pasado en los últimos años al Mac Studio precisamente por su equilibrio entre potencia, puertos y flexibilidad. Para que un iMac Pro con M5 Max tenga sentido como alternativa, Apple necesitaría ofrecer un paquete donde la simplicidad del todo en uno no suponga un recorte severo en opciones de conexión y ampliación.
En cualquier caso, todo apunta a que el foco de este posible modelo estaría menos en la modularidad y más en ofrecer una experiencia lista para usar, donde la combinación de hardware, pantalla y diseño funcione como un conjunto cohesionado, sin necesidad de accesorios adicionales más allá de teclado, ratón o trackpad.
Imac pro frente a mac studio: dos formas de entender el escritorio profesional
Las filtraciones conocidas hasta ahora permiten esbozar mejor el papel que jugaría un iMac Pro con chip M5 Max dentro del catálogo de Apple, en especial si lo comparamos con uno de sus referentes actuales: el Mac Studio. Mientras este último se concibe como una estación de trabajo modular sin pantalla, el iMac Pro volvería al enfoque clásico de integrar todos los componentes, monitor incluido, en un único dispositivo.
Para muchos profesionales, especialmente en oficinas pequeñas, estudios freelance o agencias que equipan puestos de trabajo en serie, un todo en uno ofrece la ventaja de reducir cables, simplificar la instalación y unificar la estética del escritorio. Es una solución que facilita la logística: enchufar, configurar y empezar a trabajar, sin tener que preocuparse por compatibilidades de monitores, soportes o sistemas de audio.
Por contra, el Mac Studio se ha consolidado como la opción favorita de quienes buscan personalizar cada elemento del puesto: elegir el monitor (o varios), el tipo de teclado, el sistema de sonido o incluso cambiar fácilmente uno de esos componentes sin tocar el resto. En entornos donde se trabaja con varias pantallas especializadas o donde ya existe infraestructura de monitores profesionales, esta flexibilidad es una ventaja evidente.
La coexistencia de ambos productos permitiría a Apple cubrir un espectro más amplio de necesidades. El iMac Pro con M5 Max se dirigiría a usuarios que priorizan la integración y una buena pantalla incorporada, mientras que el Mac Studio seguiría respondiendo a quienes prefieren un enfoque más modular o requieren la fuerza bruta adicional que podría ofrecer, en el futuro, un chip M5 Ultra o configuraciones aún más avanzadas.
En mercados como el español, donde muchas empresas de perfil creativo valoran tanto la imagen que transmite su oficina como la facilidad de mantenimiento, la posibilidad de elegir entre estas dos filosofías de sobremesa profesional podría resultar clave a la hora de renovar parques
By Roger Casadejús Pérez • Blog 0