Desmontaje de iFixit del iPad Pro M5: reparabilidad y cambios

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Desmontaje: apertura y batería

iFixit confirma que la entrada vuelve a pasar por separar la pantalla del marco. El panel va sellado con adhesivo, de modo que hay que aplicar calor y palanca con mimo; un paso mal dado y el cristal puede quebrarse.

Con el panel retirado, lo primero es desconectar la batería, que conserva la capacidad del modelo previo: 38,99 Wh en dos celdas. No hay incremento de capacidad, pero sí el mismo esquema de seguridad antes de meter mano al resto de módulos.

Para sustituir la batería, el procedimiento requiere tirar de diez tiras adhesivas. Ayudan en la extracción, sí, pero siguen siendo una barrera para quienes no tengan práctica con esta clase de guías de tracción y gestión del pegamento interno.

Piezas reemplazables y arquitectura

Buenas noticias en modularidad: el puerto USB‑C es fácilmente reemplazable, y iFixit muestra que otros elementos —cámaras, sensor de luz ambiental, escáner LiDAR y altavoces— se pueden cambiar de forma individual.

En el interior se emplean dos tipos de tornillos, lo que simplifica el trabajo frente a configuraciones con tornillería más variada. La disposición de cables, blindajes y conectores recuerda mucho al iPad Pro M4, con un diseño continuista que permite a los técnicos reutilizar procedimientos ya conocidos.

Al desarmar el bloque de cámaras y avanzar hacia el borde superior, iFixit localiza el micrófono y señala un hueco donde, si Apple quisiera, cabría una segunda cámara frontal. La idea ha sobrevolado rumores del sector, pero en este modelo no se ha materializado.

Desde iFixit valoran que los fabricantes den pasos en piezas y guías, aunque admiten que la oferta de repuestos oficiales aún es limitada; proveer componentes que los terceros no siempre pueden conseguir facilita el servicio, pero el catálogo deberá crecer.

Programa de autoservicio y disponibilidad en europa

Apple mantiene su canal de reparación de autoservicio, con manuales oficiales y herramientas específicas. iFixit da por hecho que, en breve, se incorporarán piezas del iPad Pro M5 a ese catálogo, alineadas con las guías de servicio publicadas.

Para usuarios en España y el resto de Europa, este canal cobra relevancia una vez finaliza la garantía comercial de un año: quien prefiera no pasar por un SAT puede optar por el autoservicio, siempre que tenga claro el grado de complejidad y asuma los riesgos de una apertura por pantalla con adhesivos.

Aunque el acceso a documentación oficial es un avance, iFixit subraya que la disponibilidad de repuestos sigue siendo parcial y que muchas intervenciones requieren utensilios y pericia que no todo el mundo posee.

Reparabilidad 5/10 y consecuencias para el usuario

El veredicto de iFixit se queda en 5 sobre 10: hay guías y algunos módulos reemplazables, pero abrir la tableta continúa siendo un trámite delicado y con pegamento a discreción. La balanza se inclina hacia mejoras tímidas, sin revolución.

iFixit habla de una “paradoja de la reparabilidad”: el ecosistema ofrece más recursos y piezas, pero el diseño sellado mantiene la valla alta para el bricolaje tecnológico. La sustitución de la batería, una reparación habitual con los años, resulta ardua para usuarios sin experiencia.

En términos de diseño interno, no hay cambios estructurales destacables frente al M4. El salto se concentra en el chip M5 —más rendimiento y eficiencia—, pero eso no reduce la dificultad del desmontaje ni aligera la capa de adhesivos.

La fotografía que deja el análisis es clara: pequeñas mejoras en servicio y modularidad, un procedimiento de apertura que exige cuidado extremo y una puntuación media que sitúa al iPad Pro M5 como candidato asumible para técnicos y valientes, pero aún cuesta arriba para la mayoría.