El ‘scratchgate’ del iPhone 17: qué pasa, por qué ocurre y qué hacer

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¿qué es exactamente el ‘scratchgate’ del iphone 17?

El término lo ha acuñado la comunidad para referirse a la facilidad con la que algunos iPhone 17 muestran marcas tras poco uso, especialmente sin funda. Hay dos frentes: la zona trasera de vidrio y, con mayor incidencia, las esquinas del módulo de cámaras, donde el recubrimiento coloreado del aluminio puede saltar al primer roce.

Varios compradores relatan que el teléfono, al llevarlo en el bolsillo, acumula microabrasiones con monedas o llaves. Otros señalan un círculo en la trasera asociado al cargador MagSafe. En muchas unidades de tienda, estas marcas resultan ser material transferido por las bases de sujeción que se quita pasando el dedo, algo que está ayudando a separar residuos de arañazos reales.

El fenómeno no afecta por igual a toda la gama. Aunque hay menciones al iPhone Air (que mantiene titanio), la polémica golpea con más fuerza a los Pro en tonos oscuros, donde el contraste hace más visibles los desconchones del recubrimiento.

Los precios elevan las expectativas: el 17 Pro parte de 1.319 €, el 17 Pro Max de 1.469 € y el Air de 1.219 €. De ahí que ver marcas a los pocos días haya encendido los ánimos y multiplicado las comparativas con modelos anteriores.

Modelos, colores y detalles en el punto de mira

Las primeras observaciones coinciden en que los iPhone 17 Pro y Pro Max azul oscuro concentran gran parte de los casos. Según Bloomberg y reportes en tiendas, los tonos oscuros del aluminio anodizado dejan ver rápido el plateado del metal cuando la capa superficial se daña en las aristas.

En paralelo, algunos usuarios han mostrado el iPhone Air en negro con marcas en la trasera. Aquí conviene matizar: buena parte de lo que se ve en exposición tiene que ver con huellas de bases MagSafe y no con arañazos profundos. Aún así, las esquinas del bloque de cámaras son un punto débil común cuando el borde es afilado.

Colores como el azul o el naranja hacen más evidente cualquier desconchón, mientras que los acabados claros disimulan mejor el desgaste estético. No hay indicios de que afecte al rendimiento, pero golpea la percepción de calidad en un producto de precio premium.

El periodista Mark Gurman recuerda casos previos con iPhone de aluminio oscuro (como el iPhone 14) y sugiere que esta susceptibilidad podría explicar la ausencia de un color negro puro en esta generación.

Pruebas independientes y lo que cuentan los usuarios

En los test de resistencia del canal de JerryRigEverything (Zack Nelson), el iPhone 17 Pro demuestra una gran rigidez estructural y aguanta bien la superficie plana del módulo frente a monedas o llaves, pero las esquinas se astillan con facilidad al retirar la capa anodizada y dejar a la vista el aluminio.

Varios creadores y compradores, como Federico Ini, han mostrado unidades con marcas visibles tras pocos días de uso sin funda. En X, el usuario Amar Singh comparaba negativamente la resistencia estética de su iPhone 17 frente a un iPhone 13 Pro Max que llevó sin funda durante años sin arañazos aparentes.

La zona de vidrio trasero ofrece un cuadro más matizado: a veces lo que parece un arañazo es polvo o material transferido que sale al pasar el dedo, pero también circulan casos con rayones reales y con una marca circular del MagSafe que algunos usuarios han reportado.

Pese a la controversia, los ensayos de flexión y golpes sugieren que estamos ante uno de los iPhone más sólidos en estructura. El problema, por tanto, es eminentemente cosmético, muy dependiente de diseño y acabados superficiales.

Causas probables: diseño, materiales y proceso de anodizado

Apple ha pasado del titanio al aluminio unibody en los Pro para reducir peso y mejorar la gestión térmica. Este material se colorea mediante anodizado, una capa dura pero superficial que puede no adherir bien en aristas muy agudas. Sin chaflán ni radio suficiente, el recubrimiento queda expuesto a desconchones.

Este comportamiento está documentado en el sector: cuando el borde es afilado, la capa anodizada se vuelve más fina y salta con un roce cotidiano. No es nuevo en la industria ni exclusivo de Apple, y recuerda a episodios como el del iPhone 5 o a módulos de cámara de otros fabricantes que también perdían pintura en las aristas.

Los colores oscuros amplifican el contraste: al saltar el recubrimiento, aparece el aluminio plateado y el defecto se nota más. En tonos claros como el Silver el efecto es menos visible, lo que no significa que no exista, sino que se disimula mejor.

Hasta la fecha, Apple no se ha pronunciado de forma oficial. Mientras, en redes se compara el ‘scratchgate’ con otros ‘gate’ históricos (bendgate, antennagate) por su eco mediático, aunque aquí hablamos de un asunto estético más que funcional.

¿cómo reducir el riesgo? consejos prácticos

Si quieres minimizar las marcas, la opción más directa es una funda que cubra bien el contorno del módulo de cámaras. Así proteges las aristas donde el anodizado sufre más. También ayuda evitar llevar el teléfono con llaves o monedas en el mismo bolsillo.

En exposición y en casa, conviene revisar si lo que ves es residuo del MagSafe antes de asumir que es un arañazo: limpia suavemente la zona para distinguir transferencias de material de daño real. Y, si te preocupa la estética, elige tonos claros, donde el desgaste canta menos.

Para los indecisos, puede merecer la pena esperar a posibles ajustes de producción o a una respuesta oficial. Mientras tanto, quienes ya lo tienen están encontrando equilibrio entre protección y estética con fundas finas y marcos que protegen el ángulo del módulo.

  • Usa funda con borde elevado alrededor de las cámaras.
  • Aísla el móvil de objetos abrasivos en bolsillos o mochilas.
  • Comprueba si una marca es residuo antes de darla por arañazo.
  • Valora colores claros si te importa la apariencia con el tiempo.

A día de hoy, el ‘scratchgate’ se perfila como un problema estético localizado (aristas y ciertos colores) más que como un fallo estructural. Las pruebas independientes apuntan a un diseño robusto, pero con vulnerabilidad en el recubrimiento de zonas afiladas; una polémica con mucho eco por afectar a un producto de alto precio y enorme visibilidad, y que, con unas cuantas precauciones, se puede atenuar en el día a día.